El apego emocional te hace pensar que requieres de algo más, diferente a ti mismo para ser feliz. Es una idea reforzada por una baja autoestima que te ancla al siguiente pensamiento “Yo no puedo ser feliz sin.. “
Ese algo con el que piensas no es posible vivir se vuelve entonces indispensable, cuando piensas en que puedes perderlo (trabajo, relación, estatus, dinero) sientes que tu vida misma está en riesgo.
Quienes generan apegos emocionales en la vida son como caminantes perdidos en medio del desierto en busca de un oasis, un lugar placentero que da la sensación de seguridad, pero que realmente no resuelven el problema fundamental y es que están perdidos.
Todos de alguna forma nos perdemos en la vida y empezamos a buscar oasis que nos ayuden a sobrevivir. Y perdemos de vista que nuestra existencia tiene un propósito superior, no existimos para sobrevivir, existimos para vivir y tener una vida feliz.
Para trabajar el desapego es fundamental reconocer nuestro valor y conectar con el sentido de vida, reconocer que todos nacimos con la claridad de nuestro destino, que es ser felices, pero al crecer empezamos a sufrir amnesia de nosotros mismos, olvidamos el camino y nos perdemos.
Trabajando las cuatro claves que te presento a continuación empiezas a liberarte de tus apegos y recordar quién eres realmente.
· VIVIR EN EL PRESENTE
El único momento real es este, aquí y ahora. Observa tu cuerpo y date cuenta de que solo existe en este instante, no en el pasado, no en el futuro, igual pasa con la vida, ocurre solo en el presente.
Te pasas mucho tiempo de la vida en la mente, a través de la memoria y la imaginación te ausentas del momento presente y recreas una realidad paralela a la cual te aferra y llamas verdad.
Algunas personas piensan que sus relaciones anteriores, afectivas, laborales, sociales, eran casi perfectas y viven añorando lo que ya no tienen, se aferran a un recuerdo que han fabricado, pero cuando las revisan objetivamente evidencian que no siempre fueron como las recordaban y que su recuerdo a estado nublado por sus carencias afectivas.
Sin embargo, en la memoria esas personas recuerdan esas relaciones como sus oasis y al no tenerlas en el ahora se siente perdidos y con sed.
Hay que disciplinar la mente desde el amor, observar cuáles son tus pensamientos y generar ejercicios de mayor presencia para no perdernos la vida dando vueltas en la mente.
· ACEPTACIÓN TOTAL
Quien vive en el presente entiende que la vida es lo que es, no trata de cambiar el pasado, pues sabe que por más que lo intente no es posible.
Una persona puede repasar una y mil veces por qué una relación termino, porque un negocio fracaso, o porque una persona murió y no lograra cambiar nunca lo que ya paso.
Lo mismo ocurre con el futuro, puedes programar, pensar y planear a detalle tu futuro y sin embargo no tienes el control para saber cómo se va a desarrollar la vida. La vida ocurre y ya, no digo que este mal tener metas, soñar, pero recuerda que esto no garantiza el resultado.
Nadie puede predecir el futuro, quien vive con apego a los resultados termina sufriendo, debes aprender a aceptar los giros de la vida, estar dispuesto a ser flexible, modificar los planes y adaptarte a los cambios. Por más que te resistas la vida pasara como tiene que pasar.
· IDENTIFICAR EL APRENDIZAJE
La vida es como es aquí y ahora, lo mismo ocurre con el pasado, fue lo que tenía que ser y nos deja un saldo pedagógico que debemos identificar.
Se puede recordar lo que ha pasado desde la visión de la falta de libertad, como una víctima, sintiendo tristeza, dolor y juzgando como injusto lo que nos pasó, o verlo desde la libertad del humano que transciende y reconoce su fuerza interior, la que lo impulsa para vivir feliz como lo merece, en paz y armonía.
Desde la libertad dejas de preguntarte por el ¿por qué? Y empiezas a reflexionar en el ¿para qué?
¿Cuál es el mensaje que deja las situaciones vividas? Recuerda que todas las relaciones y experiencias que experimentamos hacen parte del material pedagógico de la vida, todas tienen un propósito, aun lo que juzgamos como doloroso e injusto existe, allí habita la posibilidad de enseñarnos algo sobre nosotros mismos que nos permite conocernos mejor y construir una mejor versión de nosotros mismos.
Presta mayor atención, suelta tu rol de víctima y reclama tu libertad, no olvides la vida te da lecciones todo el tiempo y quienes son buenos estudiantes no las tienen que repetir.
· PERDONAR
Cuando entiendes que estas aprendiendo y que no eres una víctima, pierde sentido el rencor que guardas, que te inmoviliza y te envenena. Reconocer tu libertad te permite soltar el principal apego que tienes que es al miedo.
El miedo es el que te hace quedarte con resentimiento y dolor fingiendo felicidad en el oasis, aunque en el fondo sabes que debes continuar tu camino para encontrarte, sabes que sigues perdido a pesar de la falsa seguridad que te puede dar un oasis.
Cuando reclamas tu libertad y continuas el camino comprendiendo que el oasis no te retuvo, no te obligo a quedarte, te dio lo que tu creías necesitar.
Perdona al oasis y perdónate a ti mismo por creer que el oasis tenía que salvarte y suplir tus necesidades. El perdón fortalece tu libertad, te recuerda tu grandeza y te permite abrir tu mente y tu corazón para que puedes aprender y crecer.
“Todo lo que necesitas para el viaje de la vida está dentro de ti, tú eres el oasis”.