¿CÓMO ENCONTRAR LA PAREJA IDEAL?

pareja joven enamorada en un atardecer hablando del amor ideal

El punto de partida para poder darle una respuesta a esta pregunta es definir cuál es tu concepto de pareja ideal. Te invito a que reflexiones sobre que es para ti una “pareja ideal”, que revises de donde surge tu definición, si es teórica o está construida por todos los recuerdos y percepciones que has generado a lo largo de tu historia personal.

Siempre estas interpretando al mundo con la información que has recopilado a través de tus sentidos, desde tus experiencias vividas y desde tus contextos inmediatos, familia y sociedad, estos elementos aportan a la forma en que percibes el mundo.

Entonces, lo que crees del mundo, tus verdades, solo están recogiendo una parte del mundo; por eso es importante empezar a flexibilizarte y entender que tu interpretación del mundo no puede ser tomada como una verdad absoluta, cada ser humano de manera permanente está procesando información y construyendo su verdad y solo las personas flexibles serán capaces de ampliar la mente y entender que la interpretación que los otros tienen del mundo tiene la misma valides que la suya.

Entonces la pareja ideal no siempre es igual para todos, cambia de una cultura a otra, de una época a otra, de un ser humano a otro. Aunque tengamos la sensación de que cuando se habla de amor todos hablamos de lo mismo, no es así, no todos deseamos la misma “pareja ideal”.

Aunque se idealice el amor de pareja; nunca será igual la pareja ideal construida en la mente de una mujer de 50 años en Canadá, a la de una joven de 20 años en África, la diferencia de contextos que hacen que sus experiencias y vivencias frente a lo que esperan del amor en pareja sean diferentes.

El amor desde el punto de vista biológico ha sido ampliamente estudiado, conocemos cuales son las respuestas fisiológicas que se generan en el cuerpo cuando una persona siente amor, sabemos que aumentan los niveles de oxitocina, noradrenalina, dopamina, norepinefrina y serotonina, que esta reacción bioquímica afectan el pensamiento y el comportamiento de quien está enamorado.

Sin embargo, a pesar de los diversos estudios que describen como se da el proceso del amor, ninguno de estos ha logrado darnos una explicación satisfactoria y que encaje totalmente en cómo cada uno de nosotros experimenta el amor.

Es entonces desde el concepto y la vivencia del amor que has tenido del amor que surge lo que piensas que es para ti “la pareja ideal”, si bien ese pensamiento se nutre de los estereotipos sociales, expectativas familiares y sociales, siempre tu versión sobre «la pareja ideal» será única, pues es el resultado de tu experiencia de vida y nadie en el mundo ha vivido la misma experiencia.

¿Existe o no la pareja ideal?

Existe en tu mente, es solo una idea de te puedes aferran o no. Puede ser un punto de llegada, un objetivo por alcanzar, un referente con el cual cada relación que establezcas está en tensión permanente. Tu «pareja ideal» se puede convertir en un obstáculo para vivir el amor.

Aferrarte tu idea se constituye en la raíz de muchos de los conflictos de pareja, ya que esperas que tu pareja sea ideal, es decir que sea igual a la pareja que tú has construido y que existe solo en tu mente.

Si esperas por tu pareja ideal, está perdiéndote la oportunidad de vivir relaciones reales, con personas reales. Aferrarse a un ideal te conduce a cerrarte posibilidades y limitarte.

La buena noticia es que siempre puedes decidir y no tienes que seguir aferrándote a una idea; puedes soltar el pensamiento mágico sobre príncipes y princesas, sobre personas perfectas, sobre relaciones perfectas, sobre seres humanos que no se equivocan, que no comenten errores, y empezar a reconocer a los seres humanos reales, los que existen, los que fallan, los que se equivocan, seres libres tanto para amarte como para dejar de amarte.

La relación ideal no se basa en una serie de características que deba tener la persona con la que generas una relación, no es un listado de cualidades o requisitos. No digo que no sea importante tener claridad sobre aspectos generales de lo que quieres y esperas de una relación, pero no puedes esperar que una relación llene tus vacíos, tu falta de amor propio, no es posible que otro se responsabilice de ti, que se haga cargo de tus emociones y tus fragilidades, no puedes ceder tu libertad y esperar desde una ideación mágica que “el amor” te haga feliz.

El punto más importante antes de iniciar una relación es tener clara tu escala de valores, conocerte, tener satisfacción por lo que eres, reconocer tu valor y amarte. Cuando tienes confianza y amor por ti mismo, sabes lo que mereces y tienes la claridad para saber lo que es positivo para tu vida.

Si eres consciente de tu poder interior, de la libertad de elección que tienes y de tu valor, entonces nadie te hará feliz ni infeliz.

No puedes olvidar que la libertad es el principio fundamental del amor, el amor no se exige, no se impone, no se obliga, el amor surge de manera espontánea y así como nace también puede morir. Desde la libertad todas las personas pueden, perder el interés en la relación, sentirse atraídas por otras personas, tener otros planes o simplemente ya no sentir amor.

Cuando te enamores desde tu libertad, sin perderte en la otra persona, sin dependencia y cuando al estar con esa persona exista el respeto mutuo y esa persona te inspire y motive a aprender más de ti mismo, sabrás que estas con la pareja ideal.

Comparto un hermoso cuento de Osho que invita a reflexionar sobre la importancia de llenar nuestro corazón para poder amar sin idealizar.

– He oído que un cazador se perdió en la selva. Durante tres días no pudo encontrar a nadie que le señalara el camino y cada vez sentía más pánico: tres días sin comida y con un miedo constante de los animales salvajes. Durante tres días no pudo dormir; se mantenía sentado, despierto y subido en un árbol, temiendo que le atacaran. Había serpientes, leones, animales salvajes.

El cuarto día, a primera hora de la mañana, vio a un hombre sentado bajo un árbol. Puedes imaginar su alegría. Corrió hasta él, lo abrazó y dijo: «¡Qué alegría!» Y el otro hombre también le abrazó: los dos eran inmensamente felices. A continuación, se preguntaron: «¿Por qué estás tan feliz?»

—Estaba perdido y esperaba encontrar a alguien —dijo el primero. —Yo también estaba perdido y esperando encontrar a alguien —dijo el segundo—, pero si los dos estamos perdidos, entonces nuestra alegría no tiene sentido. ¡Ahora estaremos perdidos los dos juntos!

Recuerda que quien no cultiva su interior está vacío y no tienen nada para compartir, si trabajadas en tu crecimiento personal tienes mucho para aportar a una relación porque estás lleno tienes para dar y no estas esperando que otro te complete.

Tu felicidad no depende de otro, ese otro es un maravilloso regalo de la vida para que aprendas más sobre ti, para que aprendas aceptar y amar desde el reconociendo de la libertad, tuya y del otro.

Cada relación que vives ha sido, es y será una oportunidad para crecer, cada pareja es ideal para aprender sobre la seguridad, la bondad, el merecimiento, la aceptación y amor propio.